Roald Dahl es considerado por la crítica uno de los mejores, si no el mejor, de los escritores para niños del siglo XX. Si en Charlie y la fábrica de chocolate recogía lo esencial de la literatura de tradición oral para ofrecer una novela redonda e inapelable, en Matilda muestra su imagen más crítica contra la arbitrariedad del poder y lanza un mensaje impagable: la inteligencia es el camino más recto para escapar de la mediocridad.
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